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El duelo de los hermanos

Esta semana la publicación Bebes y Más nos concedió una entrevista para visibilizar el duelo de los hermanos. Nosotros hemos expresado nuestros sentimientos desde nuestra propia experiencia personal.

En el momento en el que nuestra hija Neré, conoció la noticia de que iba a tener una hermana se encontraba inmensamente feliz. Por fin iba a tener una hermana con quién jugar y disfrutar de experiencias maravillosas.

Lamentablemente su hermana falleció en el transcurso del parto en un hospital y nunca pudieron conocerse.

Ante la pregunta inevitable de por qué murió su hermana, fuimos honestos y decidimos no inventarnos nada y con un lenguaje acorde a su edad le confesamos la verdad.

Todos sufrimos la partida de nuestra pequeña. No es cierto que los niños sientan el dolor de otra manera, sufren muchísimo. El dolor es enorme.

Hablamos con naturalidad de sus sentimientos y la escuchamos siempre que ella nos quiere confesar algo. Observamos permanentemente su estado de ánimo. Sufre la pérdida de su presencia y se enfrenta a un gran cambio en nuestro esquema familiar, pues pasa de ser la hermana mayor a ser la hija única.

Desde nuestro lugar de padres con una enorme capacidad de amor le decimos a nuestra hija que entendemos perfectamente su dolor.

Tú no tienes hermana

En el centro educativo, una profesora no supo gestionar correctamente ese difícil momento. Al día siguiente que tuvo conocimiento del suceso, sin consentimiento previo, expuso lo que había sucedido delante de nuestra hija, a todos sus compañeros.

A raíz de ese incidente, más tarde se presentaron complicaciones. El acontecimiento que más se repitió en clase fue que algunos compañeros le echaban en cara que no tenía hermana e incluso le decían abiertamente que su hermana estaba muerta.

A ella y a nosotros este tipo de comentarios nos molestó. Deseamos dejar claro que nuestra pequeña existió, por encima de lo que nadie pueda pensar, y Neré ha tenido una hermana pero desafortunadamente falleció.

Siendo el proceso de duelo una situación incómoda, cuando se trata del bienestar emocional de un niño, aconsejamos que se consulte previamente a los padres para afrontar de la mejor manera posible un protocolo adecuado a cada caso.

No olvidemos que un proceso de duelo en un futuro puede derivar en un problema. Para ello es importante contar con la implicación del centro educativo como compañero en el camino para el bienestar del niño, acordando la manera de actuación con la familia.

Queremos remarcar que cuando estemos frente a un duelo por la muerte de un hermano no dejemos nunca de lado el sentido común pues el dolor adicional acentúa el sufrimiento de una niña.

Debemos tener en cuenta que el duelo es un proceso doloroso para los hermanos. No somos conscientes de su pesar prolongado en el tiempo. A veces lo sufren en silencio.

No olvidemos que la muerte les arrebató la posibilidad de disfrutar de una infancia con su hermano.