Un cuento con el que los niños se sentirán identificados.
El miedo es una emoción que nos acompaña desde el nacimiento. La rechazamos de inmediato porque nos hace sentir mal, llegando incluso a extremos que pueden causarnos serios trastornos. Es por eso que a mi parecer, los niños deben saber que sentir miedo es necesario, para aprender, para estar alerta y para abrazarlo como medida de superación. La pequeña protagonista Amélie, y esta historia sobre el miedo, nacen de la unión de dos cabecitas: Mónica Carrasco y su hija pequeña Nerea. Ambas escribieron este texto para superar la pérdida de la pequeña de las dos hijas, Chloe, pasando muchas horas juntas creando personajes y situaciones entorno al miedo y otras emociones que formarán parte de una colección. Así nació Amélie sin miedo.
La historia de una niña a la que asustan muchas situaciones pero que a su vez es capaz de afrontarlas porque el mundo es de los valientes. Ella confía en que esas emociones un tanto abrumadoras, tienen solución si las miramos desde otro prisma. Tiene un amigo imaginario llamado Coquín. Este amigo es la representación de los miedos que Amélie siente y al que ella misma trata de calmar cada vez que surge una situación en la que el miedo aflora: Ruidos en el desván, enjambres de abejas, plantas carnívoras… La abuela le dará un gran consejo sobre los miedos, y de Amélie dependerá comprender y llegar a conclusiones importantes de ahora en adelante.
Un cuento con el que los niños se sentirán identificados, con ilustraciones acuareladas de Carolina Calvo, que acompañan a un texto cuyos jóvenes protagonistas llevarán de la mano a los pequeños lectores a través de una de las emociones que más asusta. Al finalizar el cuento encontramos claros mensajes para enfrentarse al miedo, que harán reflexionar tanto a adultos como a los pequeños de la casa.
Una reseña muy especial de Cuentos en la nube.
