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15 de octubre: Día Internacional de la pérdida gestacional y perinatal

La voz del latido enérgico de los corazones de los bebés estrella suena como de costumbre. Es el mismo sonido todos los días: suave, templado y apacible.

Nuestros eternos bebés iluminan e inundan de paz nuestra existencia. Ellos no están lejos. Su luz nos guía sobre la dirección del lugar hacia el que tenemos que apuntar. Sin duda, unos primorosos niños, dignos de estimación, que acarician suavemente con su luz y su verdadero amor a su familia.

Nosotros, los padres y los hermanos, vivimos los momentos únicos que quedaron de su vida. En nuestra memoria también habita el dolor inconmensurable por su muerte. Es un tránsito continuo en el que nuestras almas compungidas lloran por esa ausencia. Su corta vida no es fácil de comprender para quienes les aman tanto.

Pero el amor también permanece para siempre, y damos paso a una verdadera conexión amorosa, más próxima a ellos. Nos aferramos al amor, esa fuerza positiva que nos une eternamente.

Mucho amor para todos.